El destino de su vida y la de todos estaba marcado en este día del año 2011 con la severidad que imprime la vida cuando quiere hacernos saber que no somos dueños de nada, cuando quiere hacernos saber que solo hay un camino y no es de retorno.
La muerte de mi cuñado Ivan con todo por hacer, con solo 40 años, un hijo de tres y una compañera entregada hasta el final, fué de esas cosas que te zarandean sin compasión.
Un año después, la pátina del tiempo ha dulzificado en parte los sentidos. Aún así, estoy escribiendo estas líneas y la emoción se me asoma sin quererlo, el hermano que comparte mi vida sigue doliente, como sus otros hermanos... como su madre que nunca se recuperará de esto.
Y como los padres de ella, fuertes. firmes como las rocas de ese monte que fue el mas sagrado para él, donde está creciendo en un árbol que será centenario y nos vivirá por generaciones.
Y como los padres de ella, fuertes. firmes como las rocas de ese monte que fue el mas sagrado para él, donde está creciendo en un árbol que será centenario y nos vivirá por generaciones.
A mi me ha quedado un cierto desasosiego y una especie de regusto raro que me acompañará mucho tiempo. Las razones no vienen al caso, hoy será ese día por el resto de nuestros días y así quiero que sea.
Y de aquella promesa queda una deuda; yo por mi parte cumpli lo pactado, por los que están aquí, por lo mas personal que me toca.
En esta hora exacta e injusta, en la madrugada de hoy por aquella de ayer, IN MEMORIAM.
son tuyos el aire y los caminos,
que se alce enérgica tu voz,
que seas tierra y viento.
Para S.