lunes, 2 de enero de 2012

Los Mundos de Mamá

En cierta ocasión, después de la comida y como algo que hago habitualmente,  me levanté de la mesa con la intención de prepararme una infusión y me dirigí al armario de mi cocina donde guardo mis teteras y mis tazas de porcelana.
No utilizo siempre las mismas piezas, según el día y el humor, escojo:  hoy toca la azul, hoy me la tomo en la taza de flores... en fin, hago una selección con cierta calma, miro pensativa esta, aquella ....  Tengo que decir que no tengo una gran colección, pero lo cierto es que de cada viaje  regreso con un ejemplar de una u otra,  o de ambas.
De igual forma, tampoco tomo siempre lo mismo, combino sabores, hago mezclas de varias infusiones, ya digo, según el día y el momento.
Finalmente, decidí qué me preparaba, en qué tetera lo hacía, en qué taza me lo tomaba y con todo el conjunto me senté nuevamente a la mesa, dispuesta a disfrutar de unos minutos que siempre considero muy míos y que de alguna forma me reconfortan y me relajan.
Mis dos hijas  continuaban sentadas a la mesa y sin yo saberlo, me observaban.  Cuando por fin terminé el trajín y me senté con ellas, la mayor, que en aquel momento tendría unos doce o trece años, me sonrió y me dijo:
.-  Me encanta verte, como haces las cosas, tan a tu manera,  son... "los mundos de mamá".
Que así sea.

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