lunes, 9 de enero de 2012

Me ha costado lo mío

Tengo claro que  "nazco"  al mundo "internaútico" como un reto, como un desafío personal, como una aventura y como un desahogo.
Es un reto para una mujer cincuentona meterse en estas lides.  Mi mundo laboral dejó de ser tal hace algún tiempo y por falta de necesidad, no he tenido la costumbre ni la fortaleza mental suficiente para  ponerme al día en este campo de los "bits y los bytes".  Fueron pasando los meses y los años, no hice caso de las advertencias y hoy puedo decir que soy una completa ignorante informática, que le vamos a hacer. 
De modo y manera que me ha costado lo mío llegar a este punto donde estoy ahora mismo.  Pero estoy.
Era una idea que me rondaba desde algún tiempo atrás y que no podía eludir por más tiempo.  Me debo a mi misma superar el complicado mundo que rodea esta tecnología, lo cual no quiere decir que me vaya a convertir en una experta, nada más lejos de mis intenciones, sé muy bien en qué parte del camino me encuentro, hasta donde puedo y quiero llegar. 
Por lo tanto, mi aventura empieza de modo muy modesto, sin saber muy bien si me valdrá la pena, si alguien leerá estas pequeñas reflexiones mías, aunque tampoco me importa mucho, tal vez  lo que busco realmente es el desahogo de esas cosas que se te quedan en el tintero, que no puedes compartir y necesitas liberar, los pensamientos que vuelan y las palabras que no digo.  Y también, aveces, las sonrisas que no comparto.
Tiene su gracia que este mundo tan "comunicado" se esté volviendo un mundo solitario, lleno de personas que no se hablan.
Y aquí es donde empiezo a caminar.



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